domingo, 20 de noviembre de 2022

Reseña videojuegos - Dragon Quest XI: Ecos de un Pasado Perdido (Edición Definitiva)

 

Dragon Quest XI: Ecos de un Pasado Perdido (Edición Definitiva)


Distribuidora: Square Enix

Desarrolladora: Square Enix

Género: JRPG

Voces: Inglés o japonés

Textos: Español




Introducción


Antes de que Enix y Squaresoft decidieran fusionarse en una sola compañía, ambas se disputaron durante años el puesto de «cuál tenía la saga JRPG más popular en Japón» (y fuera). Mientras que «Final Fantasy» intentó renovarse a sí mismo con cada entrega, «Dragon Quest» mantuvo un sabor más «clásico» durante sus distintas partes. Esto significa una evolución menos visible en un principio, aunque también es cierto que Dragon Quest ha sabido perfeccionar su fórmula a lo largo del tiempo manteniendo una base estable. Es aquí donde debo reconocer que no me he terminado el considerado uno de los mejores JRPG jamás conocidos en PS2. No hablo de otro que «Dragon Quest VIII: El Periplo del Rey Maldito». Aquello se debió en gran medida a que el «grinding» se me hizo pesado y no conseguía subir de nivel a mis personajes como me hubiese gustado. Supongo que hoy en día quizá superaría ese escollo con lo que sé ahora o, mejor dicho, lo que aprendí en la undécima parte de Dragon Quest.




Aquí nos encontramos ante la considerada «versión definitiva» de Dragon Quest XI, publicada primero en Nintendo Switch. Cabe destacar que la cantidad de contenido nuevo deja anticuada a la versión lanzada originalmente en PS4. Lo único que palidece en comparación, y que no podía ser de otra manera debido a las características de Nintendo Switch como máquina, es el apartado gráfico. Puedo adelantarte que no soy de los que dan demasiada importancia a ello; siempre y cuando, el juego vaya fluido y todo funcione como se supone. Puedo asegurarte que esto ocurre en todo momento. Por todo lo demás esta versión es superior en todo.

Ahora bien… ¿Es Dragon Quest XI un buen juego, que merece que no pocos lo consideren «uno de los mejores JRPG de corte clásico» jamás hecho? Vamos a descubrirlo juntos en mi reseña.


Historia


La trama podría resumirse en «cómo una campaña de acoso y derribo puede destruir la reputación de una persona y maldita cultura de la cancelación». Como supongo que no te darás por satisfecho con una explicación tan corta, permíteme que profundice un poco más. Al comienzo te encontrarás con cómo una madre se ve obligada a abandonar a su hijo recién nacido, cuya cesta termina impulsada por la corriente de un río. El bebé es rescatado por un simpático anciano de gran corazón llamado «Chalky», quien lo acoge enseguida. Supongo que habrás distinguido ciertas similitudes con las historias del personaje bíblico Moisés o Goku de Dragonball. Lo segundo es importante, aunque luego profundizaremos un poco más en ello. Como puedes ver estamos ante una premisa tradicional, aunque no por ello menos disfrutable.




Nuestro protagonista crece feliz en la aldea de «Cobblestone», en la que deberá llevar a cabo un ritual para que se le pueda considerar un adulto de pleno derecho. Esto sirve como prólogo, donde pronto verás que nuestro hombre posee unos poderes que lo convierten en alguien extraordinario. Investigando un poco se descubre que es el conocido como «Iluminado», un legendario héroe reencarnado para salvar al mundo de la oscuridad. Como buen héroe en formación que es, nuestro hombre deja su apacible vida para presentarse ante el rey «Carnelian» y ofrecerle sus servicios, pero… La cosa no va bien, y el protagonista acaba con sus huesos en una mazmorra. Es ahí donde conoce a Erik, un ladrón que se convertirá en su compañero inseparable durante la aventura. El elenco de personajes jugables queda completado por «Jade», «Silvando», «Rab», «Serena», «Veronica» y otro más, cuyo nombre no escribiré aquí para evitar spoilers. Cada uno posee personalidad así como motivaciones propias. Además, están bien perfilados, algo que también se traslada hacia los numerosos secundarios con los que te encontrarás a lo largo de la aventura. Todos ellos aportan algo al conjunto, en un cuento que se desarrolla de manera más que notable y que deja sorpresas por el camino.


Presentación


Si bien pierde un poco con respecto a lo visto en la versión original de Dragon Quest XI, la parte técnica sigue siendo impecable. Una vez más Square Enix nos ofrece entornos llenos de vida, donde verás a numerosos personajes en pantalla haciendo sus vidas. Los entornos son amplios, están bien construidos y te trasladan hacia el juego, pareciendo dibujos hechos a mano en no pocos casos. El juego transcurre de manera fluida en todo momento, sin bugs en mi partida. Lo mismo ocurre con las ciudades, cada una con personalidad propia. Gondolia, por ejemplo, está inspirada en Venecia. Mientras tanto Puerto Valor tiene todos los encantos de una ciudad costera española. Este gran trabajo no sólo se aplica a la exploración o al viaje por las distintas ubicaciones, sino también se traslada hacia los combates. Podrás hacer uso de magias espectaculares durante las peleas así como técnicas devastadoras. Más puntos a favor son tanto el gran trabajo en las animaciones como los diseños de personajes y enemigos, que derrochan personalidad por cada poro. Hablando de diseños, es muy posible que algunos personajes o monstruos te parezcan familiares por su estética. Esto se debe a que el encargado de sus diseños no es otro que el legendario Akira Toriyama, conocido, entre otros, por dibujar Dragonball y Dr. Slump.




En cuanto a la banda sonora, puedes seguir escuchando la versión sintetizada, aunque ahora también se ha añadido la posibilidad de elegir la tocada mediante orquesta. Yo me decanté por la segunda; no obstante, existen personas que prefieren la música original. Como siempre, acerca de gustos no hay nada escrito, siendo ambas opciones viables. También los actores y actrices de doblaje destacan por sus interpretaciones, transmitiendo las emociones de los personajes en todo momento. Los efectos de sonido, por su parte, cumplen a la perfección. Todo esto da lugar a un conjunto técnico de gran calidad.


Gameplay


Como comentaba un poco más arriba, la propuesta de Square Enix ofrece una jugabilidad muy tradicional. Lejos de ser esto algo malo, se trata de un sistema fácil de aprender a la vez que difícil de dominar. Unido a la típica «subida de nivel», Dragon Quest XI te permite elegir distintas habilidades y mejoras recorriendo un tablero, donde podrás desbloquear hexágonos que te proporcionarán ventajas tales como una técnica especial. Por ejemplo, nuestro protagonista puede recorrer la senda del Iluminado, convertirse en un espadachín, etc. Ten en cuenta que no es posible desbloquear el tablero por entero, así que te conviene elegir bien. Menos mal que la propuesta de Square Enix te permite «borrar» partes del tablero por entero, devolviéndote los puntos invertidos que podrás usar en otra parte. Cabe destacar que los personajes jugables pueden entrar «en tensión» cuando pelean. Esto los hace más poderosos durante un determinado periodo de tiempo, ofreciendo otras muchas ventajas. Un ejemplo de esto es cuando dos o más personajes están en tensión al mismo tiempo y ya han aprendido un comando especial combinado con el que liquidar al adversario. Algo que contribuye a la variedad son los minijuegos, tales como las carreras de caballos y un muy completo casino. Además, si te gusta crear tus propias armas, armaduras y accesorios, tendrás a tu disposición una «fragua portátil» para ello.




Dragon Quest XI también te permite jugar con gráficos construidos mediante «sprites» propios de la época de Super Nintento. Es aquí donde los enfrentamientos tendrán lugar en primera persona. Asimismo, la propuesta de Square Enix ofrece una zona concreta, en la que sólo podrás jugar de este modo (cosas de la historia). Estoy seguro de que es ahí dónde se les escapará una sonrisa a los seguidores más veteranos de la saga.

Como todo buen JRPG, cabe destacar que precisarás de «grinding» para subir a tus personajes al nivel máximo, aprender todas las técnicas y poseer los mejores atributos. Si tienes experiencia con la saga, sabrás que esto se consigue sobre todo con los llamados «limos metálicos» y su versión «monarca». Estos enemigos no sólo dan gran cantidad de experiencia, sino que tienen muy poca vida y sus ataques apenas hacen daño. Si bien pueden parecer fáciles de derribar por ello, nada más lejos de la realidad. Pronto comprobarás que les harás 1-2 puntos de daño como máximo y si tienes suerte. Para cuando vengas a darte cuenta, habrás atacado varias veces sin haber causado apenas mella y es muy posible que salgan corriendo. No en vano huir es su comando favorito. La solución a esto la tiene un personaje concreto, siguiendo una ruta determinada en su tablero. Ya que es más emocionante descubrirlo en persona no te daré su nombre en esta reseña.


Conclusión


Nos encontramos ante un gran exponente de todo lo que ha ido haciendo grande al género JRPG durante los años y a la saga Dragon Quest en particular. La fórmula seguida por esta undécima parte sigue vigente y fresca hoy en día, lo cual la convierte en una opción muy recomendable. Eso sí… Debo avisarte de que la partida será larga, superando las cien horas fácilmente. Si el grinding y la duración no suponen un problema para ti y te gustan los JRPG, no lo dudes ni un segundo. Su jugabilidad, unida a un arte gráfico que creo que envejecerá muy bien, y una gran banda sonora ya de por sí merecen la pena. Una muy buena trama completa un conjunto fantástico. Dragon Quest XI es un viaje único, que no debes perderte.


Puntuación: Puf, Puf / 10

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